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A N C A B A
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Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto
        

A PROPÓSITO DE LA APROBACIÓN DE LA LEY ORGÁNICA DE EDUCACIÓN (LOE)

 C O M U N I C A D O

 

 La LOE, aprobada hoy día 7 de abril en el Congreso, es una ley fría, indefinida e imprecisa que deja apático, indiferente y medroso al profesorado. Es la ley de la oportunidad evaporada (LOCE) y de la ocasión perdida. Ofrece, no obstante,  en el campo del tratamiento de la diversidad de alumnos ciertas mejoras sobre la LOGSE,  de la que en definitiva es un viaje de ida y vuelta.

La ley es un cuadro con mucho marco en cuyo lienzo no aparece dibujada la realidad de los centros ni la salida para recuperarlos y para buscar una enseñanza de calidad. El texto nos parece insuficiente porque está ausente en él la tensión académica y porque no ofrece respuestas a un mundo globalmente más competitivo. No sirve de lanzadera hacia metas más altas para profesores y alumnos. En la que pretendía ser una ley marco, el Estado abandona sus responsabilidades y deja todo –contenidos básicos, control, coordinación- en manos de la Comunidades Autónomas.

El tratamiento de la diversidad tendrá éxito si se  practica con grupos homogéneos y grupos más reducidos. Ello conlleva más profesores para las disciplinas académicas y otro tipo de funcionarios para tareas específicas como vigilancia, guardias (cuidadores, asistentes, entretenedores). Esto será posible si es que de verdad llega a haber financiación y no queda todo en palabras.

La autonomía de los centros puede quedar mutilada por el inveterado intervencionismo administrativo y las medidas de atención a la diversidad tienen que ser muy flexibles y programadas en los centros según sus características. Es necesario que la autonomía académica sea ejercitada con criterios de gestión privada en la toma de decisiones y resolución de problemas.

Los planes de refuerzo académico y de orientación para los alumnos fuera de horario  tienen un tufo propagandístico. El profesorado prefiere que esos medios funcionen y se apliquen en el horario normal.

A la ley le sobra ideologización y es un mal comienzo que en la traída y llevada  Educación para la Ciudadanía no hayan intervenido profesionales de la filosofía, la ética y la antropología.

En la aprobación de esta ley educativa se ha perdido mucho tiempo, no se ha conseguido el consenso; ha habido demasiado desgaste y distanciamiento de posturas. Para llegar hasta aquí ¿era necesaria una nueva ley? ¿no hubiera valido la pena consensuar algunos aspectos de la LOCE?

Como siempre los profesores, que ya conocen el terreno de operaciones, si se les dejan las manos libres, harán fértil esta ley que no está cercana a la realidad de las aulas y que no ha atendido al profesorado que ejerce.

 

 

7 de abril de 2006