En las últimas dos décadas, la educación pública española y, en particular, la andaluza, ha sufrido un grave deterioro que se ha concretado en fracaso escolar, violencia, debilitamiento de la autoridad moral del profesor, desmoronamiento de la conciencia y de los límites de quienes aprenden, etcétera.

La implantación de la LOGSE, reforzada luego con la LOE y la LEA, ha traído como consecuencia el descenso drástico de los niveles de conocimiento. Esto se ha percibido de forma general, dentro y fuera del país, con informes que nos sitúan en los últimos lugares de la OCDE. Desde la implantación de la LOGSE, la tendencia es la reducción de calidad y de contenidos. Esta evidencia, que se concreta en la consigna (oída y denunciada por muchos docentes) de “olvídate de los contenidos,” cobra fuerza día a día. Es preciso señalar que la situación actual fue anunciada con todo detalle al principio de los años noventa por multitud de profesionales y de asociaciones independientes, como es el caso de ANCABA.

El curso 2008-09 saltó a la palestra el borrador de un nuevo Reglamento de Orgánico de Centros (ROC), preparado por la Consejería de Educación, que contenía dos aspectos considerados de extrema gravedad por la absoluta mayoría de los profesionales, por entender que agudizaba los problemas de la enseñanza señalados más arriba. Son los siguientes:

1º Aumento de las competencias del Director

2º Desmantelamiento de las especialidades; esto es, de los Departamentos Didácticos.

Nos consta que el primer punto fue muy contestado por la mayoría de los claustros. La intención respecto al segundo punto fue negada por la Consejería, argumentando que la información al respecto no había salido de allí, sino que era apócrifa por completo. Nada tenía de particular que la Junta negara estar detrás de ese proyecto: hace años –con el reglamento actualmente en vigor– desaparecieron las “Coordinaciones de Área,” cuya supresión se justificó por la poca operatividad que ofrecían. No iban ahora a reunir de nuevo a los Departamentos en Áreas y, además, a suprimir dichos Departamentos.

El pasado viernes, 8 de enero, la Consejera de Educación presentó el borrador del nuevo Decreto por el que se aprueba el nuevo Reglamento Orgánico de los IES. En él se confirma el aumento de las competencias de los directores, se crean de nuevo las áreas –eso sí, apellidadas ahora “de competencias”– y, en un cambio de opinión sobre documentos anteriores, se permite la existencia de departamentos de coordinación didáctica.

La Asociación de Catedráticos de Instituto “Antonio Machado” (ACIA-ANCABA), como entidad estrictamente profesional, debe manifestarse al respecto, con el propósito de que el parecer de sus asociados conste, por si procediera tenerlo en consideración.

1) RESPECTO A LA AMPLIACIÓN DE COMPETENCIAS DE LA DIRECCIÓN

Su conveniencia es discutible en multitud de ámbitos y, en particular, en lo que se refiere al poder sancionador de los directores. La exposición de éstos a la influencia del personal del Centro hace imposible su objetividad y neutralidad. Si esta ampliación de competencias se lleva a cabo, los directores se convertirán con muchísima frecuencia en brazo ejecutor de las simpatías o antipatías existentes en cada lugar. Ello sin contar con otros impulsos de tipo político, social o ideológico, a los que cualquier individuo está sujeto.

Al contrario de lo que se pretende en el nuevo ROC, es una garantía que los conflictos de los Centros los dirima personal externo: la inspección u otras instancias de la Administración Educativa.

2) RESPECTO A LA NUEVA REGULACIÓN DE LOS DEPARTAMENTOS DIDÁCTICOS

En el nuevo texto, se vuelve a reconocer la existencia de departamentos de coordinación didáctica. Ahora bien, con algunas precisiones: el número de departamentos existentes, el profesorado que se integra en cada uno de ellos y el nombramiento de las jefaturas de departamento.

 La postura de ACIA-ANCABA se concreta en los siguientes puntos:

1.- Desmantelar o diluir los Departamentos Didácticos agravaría extraordinariamente los males actuales. Por el contrario, sería preciso reforzar dichos Departamentos aumentando sus competencias y potenciando el perfeccionamiento de los docentes en las diferentes especialidades. Para ello es imprescindible el reconocimiento administrativo de la investigación en la sombra que actualmente lleva a cabo un elevadísimo número de docentes.

2.- El artículo 90 del borrador de Decreto dice que “Cada departamento estará integrado por todo el profesorado que imparte las enseñanzas que se encomienden al mismo”. Dado que el profesorado de Secundaria está organizado por especialidades, los departamentos de coordinación didáctica también deben corresponder a las especialidades existentes.

3.- En cuanto a las jefaturas de departamento, es preciso homologar dos aspectos: la capacitación en la especialidad y la dirección del Departamento correspondiente. Ello implica la convocatoria regular de cátedras de instituto o bien que, en ausencia de un catedrático –a quien por ley le corresponde, con carácter preferente, la Jefatura de Departamento–, los especialistas de cada Departamento –y sólo ellos– propongan al más indicado para ejercer esta función. Es contraproducente y propio de momentos históricos de déficit científico y cultural que la Jefatura de Departamento la adjudiquen personas ajenas a las especialidades, guiadas por opiniones o por simpatías personales.

En otro orden de asuntos, es preciso armonizar y facilitar el desarrollo de las inquietudes del profesorado por el conocimiento. No existe actualmente ninguna institución que lleve a cabo este papel. Las universidades son autónomas y se mueven por principios propios, sin acoger actividades ajenas a ellas. Esta función debería ejercerla el Ministerio de Educación o, en el caso andaluz, la Consejería. La investigación en cada especialidad es imprescindible para que la didáctica de las distintas disciplinas sea eficaz. Los principios generales respecto a cómo enseñar, o no son de aplicación en la mayoría de los casos o tienen una utilidad muy limitada.

Como ha hecho reiteradas veces, esta Asociación solicita un cambio de rumbo en la educación y, de seguir por la senda que anuncia el nuevo ROC, continuará la degradación de la formación en general (ya deteriorada considerablemente) y, en particular, de la que se obtiene en instituciones públicas. Todo el mundo (padres, profesionales y usuarios) constató el claro declive desde la implantación de la LOGSE, sólo aplaudida por los sectores políticos, que la impulsaron. Para aumentar la edad de escolarización no era preciso aquella reorganización con que se justificó. Toda persona e institución ajena a intereses políticos reconoce así mismo los inconvenientes de las LOE y LEA. El colapso que se avecina, si se llega a aplicar ese proyecto de ROC, es inevitable. Dirán que “no pasa nada, ” que el sol volverá a salir todos los días. Esto último es lo que se piensa cada vez que tiene lugar una pérdida irreparable. Y, sin embargo, nada vuelve a ser lo mismo.

Acia - Ancaba