ESTRATEGIAS DE "PUEBLERO"
(Artículo publicado el 27-10-2018 en IDEAL)






La Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo mide las competencias  de alumnos de 10 años en diferentes países y regiones. En Matemáticas, Castilla y León quedó casi a la altura de la emblemática Finlandia, mientras que Andalucía quedó, con 45 puntos menos, la última de las seis autonomías analizadas. Algo parecido decían también los informes PISA,  en Competencia Lectora y en Matemáticas, respecto de los alumnos de quince años. En opinión de los expertos, tales diferencias equivalen, de media, a un desfase académico de curso y medio. Estos informes, que no tienen en cuenta las posibles causas de dichos resultados, que  se limitan a registrar la sintomatología más que la etiología, son los que tomó como base la exministra Tejerina para hacer las afirmaciones que hizo, y que provocaron la airada respuesta de Susana Díaz, quien las tildó de insultantes para la Comunidad andaluza y nada menos que de supremacistas.

Viene haciéndose ya hábito castizo  entre  políticos la utilización inmisericorde de los niños. Recordemos a la patética niña de Rajoy y a la infantil “presidenta por un día” de Pedro Sánchez  –que para celebrar el Día Internacional de la Niña, no sé a quién se le ocurrirán  tales cursiladas, propias de cuento de hadas dulzón y mentiroso–. Incluso, como vemos, les sirven también de arma arrojadiza para lanzar al adversario. La referencia de la exministra  Tejerina a los conocimientos de los niños andaluces, en comparación con los de sus coetáneos castellano-leoneses, no hacía alusión a las capacidades ni a las predisposiciones genéticas de nadie; y eso lo sabe bien Susana Díaz, aunque finja arrebatos de dignidad patria ofendida. La intemperada reacción de la jefa del ejecutivo andaluz suena tan falsa  como desviada. Parece que nuestra presidenta  juega la estrategia del “pueblero”, aquella  que cantaba el gaucho  Martín Fierro en esos versos que decían: “De los males que sufrimos, hablan mucho los puebleros, pero hablan como los teros para esconder sus niditos: en un lao pegan los gritos y en otro tienen los güevos”.

Claro que la  intervención de la exministra Tejerina  tuvo algo de cinismo. Resultaba  un poco cínico hacer ese comentario con ocasión  de una charla en la que todos se congratulaban del rescate de la asignatura de Filosofía, que había sido arrinconada, precisamente, por la LOMCE del Partido Popular. Otra que juega a “pueblera” para esconder sus niditos.  ¿Acaso el Partido Popular no tiene ninguna responsabilidad en las políticas educativas que se han seguido en los últimos años? ¿Acaso el partido de Tejerina no tiene ninguna responsabilidad en los desequilibrios educativos entre regiones? ¿Acaso si Andalucía presenta peores resultados que Castilla-León, no tiene algo que ver su entorno socioeconómico?

El PSOE, tras cuarenta años de gobierno ininterrumpido en Andalucía, y de sangrantes casos de corrupción, tiene la  máxima responsabilidad en todo esto. Pero algo habrán tenido que ver también las políticas estatales, los pactos entre las distintas formaciones y la diferente incidencia de los fenómenos migratorios.  En Andalucía, el 50% de los centros están en ambientes educativos "desfavorables", un porcentaje que no supera el 10% en  La Rioja, Navarra,  País Vasco,  o Castilla y León.

¿Qué respuesta se le ha dado desde las distintas administraciones educativas a estas situaciones de desigualdad? ¿Es solo cuestión de gastar más dinero?  Los estudios  dicen también que no existe una exacta correlación entre el gasto por alumno y unos resultados mejores. Se apresuró Pedro Sánchez a levantarse de la mesa por el Pacto Educativo excusándose en los recortes. Desde nuestra asociación venimos denunciando, desde hace muchos años, que el verdadero problema está en un sistema mal planteado, que hace difícil la calidad y que propicia el fracaso educativo.

En Andalucía, demasiado bien lo sabemos los que trabajamos en el aula, el Gobierno no combate el fracaso; lo maquilla. Se quiso fingir calidad con un perverso Plan de Mejora, que  ofrecía dinero a cambio de aprobados. La Inspección educativa, trimestre a trimestre,  pide explicaciones al profesor que suspende al cuarenta por ciento de sus alumnos;  nunca le parece sospechoso, sin embargo,  si  aprueba al cien por cien. Si un alumno es suspendido a final de curso, sabe que las comisiones técnicas fácilmente se pondrán de su parte, y lo aprobarán pese al dictamen negativo de sus profesores y de los correspondientes  departamentos didácticos. En Andalucía  interesan  más las cifras que el nivel de formación.

Por cierto, del gran “Pacto Educativo” ya pocos hablan, cuando hace año y medio parecía inminente y, desde luego, necesario.  A las nuevas combinaciones parlamentarias ya no les preocupa  conseguir consensos. Contumaces fracasados en alcanzar acuerdos, nuestros “puebleros”  gritan, cada cual donde mejor le viene, para esconder sus “güevos”.


José Ignacio Moreno Gómez

Asociación de Catedráticos de Instituto de Andalucía-ANCABA.

Catedrático de Física y Química