Hace unos meses, aún durante
una campaña electoral que había de ser trágica, el
Ministerio de Educación comenzó los trámites para
recusar a la Consejería de Educación andaluza por aplicar
una orden de evaluación que no se ajustaba a la normativa
emanada por el MEC, en concreto al decreto de evaluación que
desarrollaba este aspecto de la LOCE.
Como todos sabemos, el MEC
cambió de manos, y de esa recusación nunca más se
supo. Sin embargo, MAGISTERIO ya advirtió que los alumnos
andaluces se evaluaban por una normativa distinta la del resto de
España, y que ello se debía a que cumplir la normativa
obligaba a Cándida Martínez a poner patas arriba toda la
Educación andaluza.
Los datos que ahora publicamos
demuestran tal afirmación: más de la mitad de los alumnos
andaluces de 3º de ESO se verían obligados a repetir en vez
de pasar a 4º de ESO, lo que les permite desaparecer del sistema
educativo sin que conste que lo han abandonado, o simplemente volver a
pasar por el trámite de conseguir el título, tenga o no
conocimiento alguno. Un sistema ideal.
Como se puede ver, si se aplicase
el sistema LOCE (que sigue en vigor, no fue paralizado) de
evaluación, que sólo permite pasar de curso con un
máximo de dos suspensas, el 55% de los alumnos tendrían
que repetir.
La exigencia es la clave
¿Cómo es esto posible? Sencillamente, porque a fuerza de
bajar el nivel de exigencia, el alumnado se acomoda al nivel
mínimo pedido: así, es habitual que los alumnos
“descarten” varias asignaturas antes de comenzar siquiera el curso.
Algunos profesores han denunciado a
MAGISTERIO que están poniendo en los IES exámenes propios
de 2º de ESO diez años antes a alumnos de 4º de ESO, y
aún así no bajan el número de suspensos. La
pregunta es: ¿y quién aprende?
José M. LACASA
jlacasa@magisnet.com
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