LA DESIGUALDAD EDUCATIVA
Francisco Muro de Iscar
09/01/2005

          Si a usted le preocupa la educación de sus hijos, lo primero que debe tener en cuenta es dónde van a recibir esa educación. No me refiero al colegio al que usted les va a llevar, sino a la ciudad o a la comunidad autónoma donde su hijo va a nacer y a estudiar. Si lo hace en La Rioja o en el País Vasco tendrá muchas más posibilidades de éxito que si ha nacido en Andalucía, Baleares o Cataluña, por ejemplo. No basta con tener acceso a un colegio, público o concertado. Si su hijo nace en Andalucía, la comunidad autónoma se gastará una media de 2.654 euros por alumno y año; si lo hace en La Rioja, la cifra se doblará: 5.458 euros al año. Así que unos tendrán más y mejores medios, más y mejores profesores y los otros... menos de todo. Aunque los resultados no son directamente proporcionales a los medios, éstos influyen de manera fundamental.

          Un Informe de la Fundación Hogar del Empleado, ligada ideológicamente al PSOE, desvela que las diferencias educativas entre las comunidades autónomas españolas son enormes. El norte -Navarra, Asturias, Galicia, Cantabria, Aragón, Castilla y León, Madrid y La Rioja- alcanza mejores resultados casi en todo que Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares. Tal vez porque invierten el doble que las otras, tienen menores tasas de abandono y de fracaso escolar. El abandono escolar entre los 14 y los 16 años en la España educativa 'de segunda' es casi del 20 por ciento y la tasa de población que se gradúa en COU o Bachillerato no llega al 40 por ciento.

          Así que hay dos españas educativas. Una que invierte más y que saca mejores resultados y otra que invierte menos y se encamina a una población laboral menos preparada. Como el futuro de la economía está, sin duda, en el capital humano, las regiones que tengan mejor cantera también ganarán la batalla de la empresa y del progreso. Y las que se queden más atrás, aumentarán su diferencia con las más ricas. Sugieren algunos que el Ministerio de Educación debería afrontar las desigualdades mediante la aplicación de políticas compensatorias. Eso se llama equidad y es imprescindible porque todos los españoles deberíamos tener acceso a educación de calidad. Pero cada comunidad es responsable de sus presupuestos. Y mientras unas invierten más en educación, otras se gastan el dinero en otras cosas. Así que, en el fondo, la responsabilidad es de los electores, porque en unas elecciones no se vota sólo a un candidato, sino a un programa que tenga en cuenta asuntos tan importantes como la educación, la investigación, la ayuda a la familia, la atención a la tercera edad... Tenemos lo que votamos.